jueves, 25 de febrero de 2016

Un imposible


Me colgué de un imposible, corrí detrás de ti con la única intención de no perderte para siempre.
Al final llegué a tiempo, tal vez nunca sabré si fue tan solo mérito mío o tal vez tú me quisiste ahí.
Mi posición no era del todo cómoda, pues de tu vuelo tan solo me aguantaba un hilo llamado ilusión. En dirección contraria, hacia abajo, empujaba todo el resto: lógica, complejos, miedos e incluso la realidad mas aplastante, la gravedad.
Esta ilusión que me aguantaba, por la que sin duda había llegado y por la que aún sigo aquí, se va deshilachando poco a poco resultando a cada instante más fina, más frágil.
Es duro entender que todo apunta a que acabaré tocando el suelo de manera brusca y con dolor mientras te veo alejarte a lo lejos como un globo de helio libre en el cielo.
Es duro saber que seguramente debí haber entendido desde el principio que tú no estabas hecho para mi, que veníamos de lugares diferentes, que no podía funcionar. 



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