lunes, 30 de mayo de 2016

Que nos pasa... Pídeme lo que quieras o sorpréndeme



Sinceramente, estoy hasta los huevos.
Estoy hasta los huevos de que ahora nos dediquemos a definir al amor en términos absolutos. De frases estúpidas por Facebook que solo buscan un par de "me gusta" pero no buscan decir nada en concreto. Ya no hay significación en las palabras.
Estoy hasta los huevos de las corrientes. Antes se llevaba eso del "no me ato", "a ver quién se muestra más indiferente" y ahora parece que todo es para siempre.
Estoy hasta los huevos del que dice que el amor es infinito. Podrás amar a alguien como nunca lo habías hecho, pero no, no te va a durar eternamente. Que es una puta ciencia, un proceso químico. Algo que con el tiempo y diversas circunstancias acaba por perderse. 
Estoy hasta los huevos del que escribe un post en redes sobre cuanto la ama, mientras tiene a su pareja al lado. 
Estoy hasta los huevos de que confundamos el amor de nuestras vidas con un amor imperecedero. Perdona que te diga, pero son cosas muy distintas. Sí, tus abuelos tras 50 años, puede que se quieran o se necesiten, pero no están enamorados. Y aún así, quizá, hayan vivido una gran historia. 
Estoy hasta los huevos de que esperemos a que sea otra persona la que nos complete. Que sólo seas capaz de ser feliz si otro tapa tus agujeros. Así el amor no es amor, es una mierda. Una cosa es buscar apoyo de quién quieres y otra que pretendas que te sostenga.
Estoy hasta los huevos de escuchar que han encontrado a la persona adecuada, su media naranja, cuando ya han pasado por eso cinco veces.
Estoy hasta los huevos de que haya quién se confunda y llame amor a lo que pretende sea solo moldear a otra persona para que sea exactamente como quiera. De limitarse mutuamente para que no cause problemas. Las pretensiones de un amor sincero y puro cuando lo que se pretende es poseer a una persona.
Estoy hasta los huevos de que cada vez haya menos gente honesta consigo misma. De que busquemos amor en lugares que sabemos que no son adecuados. De que regalemos pajas mentales a personas a las que supuestamente queremos. Que un "te querré siempre" es muy estético y ojalá fuese cierto. Pero por lo general a esa persona a la que miras a los ojos y besas, le estás mintiendo. 
Quizá, querer y amar son dos etapas de un mismo cuento que se repite cuantas veces quieras. Pero la realidad es que tras la contraportada solo hay un resumen de una historia terminada. Preciosa (o no) pero finita. 

Supongo que si me he enamorado, ha sido de las experiencias, de los gestos y de las caricias tras una manta. Del buen sexo convertido en vino. De conversaciones que te piden que abras tu alma. Del carácter de una persona que me complementa, pero no construye. Del drama que une porque suele mostrar a menudo partes que suelen estar blindadas. Pero no puedo mentirme, esto que escribo no es único y diferente. A todos nos pasa y nos pasa muchas veces durante distintos períodos de una sola vida que no esta adscrita a un amor perpetuo. Ama viviendo, pero no prometas nada. Para querer con el corazón primero tienes que decírtelo frente a un espejo y creértelo. Y por favor, no lo publiques en Facebook si no buscas expresar algo sincero.


lunes, 23 de mayo de 2016

Pídeme lo que quieras. Quiero..


Quiero que me quites las dudas con besos, que me hagas cosquillas con los ojos, que me embrujes con la mirada, que me rompas los miedos a abrazos, que me protejas con besos en la frente, que me comas a caricias, que me leas los lunares y me beses las cicatrices, que me roces los pensamientos, que al mirarme tengamos largas conversaciones sin usar palabras, que me cojas de la mano, de la cintura, que me aúpes en volandas, que me apartes el pelo de la cara, que salten chispas porque vamos a vernos, aunque hayan pasado segundos desde la ultima vez, que me desgastes los cimientos, que te involucres en mis sueños y devores mis demonios. Que riamos, sin parar... para que todas las mariposas salgan por la boca... Todo eso quiero, y mucho más... pero quizás...
Quizás es mucho querer...


domingo, 22 de mayo de 2016

Pídeme lo que quieras. Abrazos



Abrazarla por la espalda era una de las peores adicciones que pude tener en esta vida, de todos los que me encantaban dar esos eran de mis favoritos. No sé si lo eran porque empecé a saborearlos con ella, porque no me hacía falta excusa para sentirla cerca, porque eran inesperados o porque lograba agarrarla de los brazos y así, poder besarle el cuello que nunca me dejaba alcanzar. Aquellos besos de los cuales casi llego a sospechar que no le gustaban si no fuera porque su piel erizada me decía que no parara de hacerlo, por mucho que dijera: 
+ ¡No, para, suéltame, quitaaa!

Al margen de las tentaciones fortuitas, para mí era un tipo de abrazo especial a la vez que esencial.
Tanto para momentos malos, que ofrece ánimo, apoyo, protección. Como para los momentos buenos que muestra felicidad, cariño, pasión. No discuto que esto no es más que una interpretación subjetiva de algo que podríamos llamar abstracto, cierto es que los abrazos en sí no lo sean pero lo que se demuestra en ellos lo es, aunque a veces pueda palparse en el ambiente los sentimientos más transparentes, todo es saber elegir y en eso se basa todo esto. No importa el abrazo, sino a quien estás dispuesto a abrirte para que alguien ocupe ese hueco que solamente se crea si quieres que exista, porque al fin y al cabo puedes vivir sin abrazar a nadie. La diferencia es vivir estirando los brazos porque si o estirando los brazos e intuitivamente hacer la silueta de esa persona que encaja a la perfección entre la palma de tus manos y tu pecho.

El significado del abrazo está en quien lo recibe, no de como lo des o en que momento lo realices. Como dice el dicho, el paraíso tiene más con quién que de dónde, porque notar como una gran sombra de metro noventa que abre los brazos, te atrapa entre achuchones, oliendo el perfume que tanto le gustaba y ella misma regaló impregnando su cuello, mejillas, hombros... con las cursiladas varias entre medias, tenía que ser de lo más acogedor que puede existir.

¿Y tú, estiras los brazos o creas paraísos?



viernes, 20 de mayo de 2016

Pídeme lo que quieras o déjame. Libro de Megan Maxwell



Judith y Eric regresan de su viaje de novios tras una boda de ensueño. El se siente el hombre más feliz del universo y no se imagina su vida sin ella; sin embargo, los celos y el afán de protección de Eric los enfrenta una y otra vez.
 Por su parte, Judith está encantada con su Iceman particular y siempre intenta verlo todo por el lado positivo, aunque en más de una ocasión se llene el cuello de ronchones... Disfruta de Eric y de sus juegos sexuales, excepto cuando él le susurra que uno de sus mayores deseos es tener un hijo con ella. 





Pídeme lo que quieras. Pasaron los años y los días


Pasaron los años y los días, y después de pasar por todos y cada uno de los estados del amor, y del desamor, nuestra historia terminó. Tú para tu casa y yo en ningún lugar. Durante un tiempo decidí esconderme debajo de mis sabanas intentando olvidarme del mundo, y con suerte que el mundo se olvidara de mí, pero como eso no funcionó, decidí agarrarme a la cintura de cualquier desconocido que me regalara una sonrisa vacía, un momento de pasión e incluso un abrazo no deseado. Te saque de todas y cada una de las conversaciones que tenía con mis amigos, y decidí evitar esos lugares donde podríamos encontrarnos.
Y así termine, perdido en medio de esta gran ciudad, rodeado de gente, de almas, de personas sin rumbo determinado, preguntándome cuál sería el siguiente paso que daría. Entonces me di cuenta, que estaba llorando por lo mismo que un día me arranco sonrisas. Por lo mismo que un día me hizo feliz.
Pasaron varios meses y después de tantas tonterías absurdas y tanta inmadurez, decidí tomarme las cosas con calma. Aunque dolieran. Y comencé aceptar el dolor, que no es tan malo como parece, forma parte de esta vida, y es el precio que se paga cuando has tenido algo tan hermoso como lo nuestro. Tu recuerdo poco a poco comenzó a diluirse, y tu voz comenzó a perder volumen, a perder intensidad, ya olvide el sonido de tu voz, aquella voz que un día me lleno de alegrías.
Y durante esos meses estuve de paso por la vida, como un amigo que viene de visita sin fecha de salida. Y me sentí como un vagabundo sin norte.
Fueron días extraños, ver como poco a poco la tristeza se iba de mi corazón. Hasta que una mañana me desperté y supe que ya no te necesitaba. Esa misma noche entendí que los finales siempre vienen acompañados de nuevos y hermosos principios.



jueves, 19 de mayo de 2016

Smile. Sonrisas



Hay sonrisas y ¡SONRISAS!, hay sonrisas alegres y sonrisas tristes y algunas 
sonrisas falsas o fingidas. Hay sonrisas que saben a ganador y sonrisas que
 saben a tristeza, existen sonrisas fingidas por un amor perdido, o sonrisas alegres por un sueño cumplido.
Hay sonrisas que son la gloria, perfectas en toda su expresión, por eso siempre he pensado que la sonrisa es el gesto más bonito que el ser humano puede demostrar. 
Creo que todos estamos de acuerdo con que la mejor sonrisa es la de un niño, dulce como el algodón de azúcar y sincera como ninguna, con esa ternura que solo los niños pueden trasmitir. 
Existen sonrisas fingidas de traición, o la sonrisa que un enemigo nos dedica para retarnos. En cambio existen también sonrisas fingidas que ocultan tristeza, penas y miles de gritos callados. Porque sigue habiendo sonrisas de sonrisas que piden a gritos un poco de atención, un momento de nuestro tiempo. A mí me gustan las sonrisas que me invitan a reír, que me hacen soñar, pensar o creer que todo puede cambiar.
¿sabéis? A mí me gustan las sonrisas, porque es como el color negro en la ropa, es elegante y combina con todo ya sean alegrías o penas. Por eso amigos SONREÍR, y hacerlo porque es sano, terapéutico, sonreír al enemigo para demostrarle que aun no ha terminado con vosotros, que sois felices, y sonreír a los amigos porque se merecen compartir con nosotros las alegrías, y sobre todo porque siempre es bueno trasmitir felicidad.





miércoles, 18 de mayo de 2016

50 sombras de Grey. E.L.James


Anastasia Steele es una estudiante de literatura de 21 años de edad, a la que le quedan sólo unas pocas semanas antes de graduarse.
Mientras está completando los requisitos previos, su mejor amiga Kate le convence para ir a entrevistar a uno de los patrocinadores de la escuela Christian Grey. Es el CEO y propietario de Grey Enterprises Holdings, Inc. Tiene 27 años, es guapo, dominante y distante.
El deseo de ambos se enciende en su primera reunión. Ana aspira a que él sea su novio. Por otro lado, Christian quiere estar con ellapero bajo sus condiciones. Debido al deseo y la curiosidad, Ana se atreve a aceptar los términos de Christian sin saber dónde se ha metido. 
Entonces Christian le introduce y enseña su estilo de vida. Al principio, ella se siente reacia a dar ese paso porque todo es desconocido y tiene miedo, pero su anhelo de estar con él supera a todos los otros sentimientos. Así que se arriesga…
Ella desea tener una relación amorosa con Christian, sin embargo, lo que él ha dispuesto para ella excluye este sentimiento. Anastasia intenta ajustarse aceptar el tipo de relación que Christian le puede ofrecer, pero finalmente se cansa y decide irse.
Sin embargo, ese no es el final.


Pídeme lo que quieras. He llenado



He actualizado mi currículum de fracasos: todas las puertas que me cerraron, todas las veces que me caí, cada vez que perdí la esperanza, cuando me pudo el miedo... Pero siempre seguí caminando.


He llenado mi lista de sueños imposibles: medir un poco más, sentir un poco menos. Perder el miedo a las alturas y, en cambio, ganárselo al compromiso. Romper las fibras de los músculos que me impiden avanzar, fulminar la angustia de mendigar amor. Dejar de caminar en dirección contraria y como pez lanzarme al río, seguir la corriente. Sueños imposibles...

He llenado una lista de metas incompletas: trabajos que nunca llegaron, becas que nunca me dieron, clases que dejé a medias, conversaciones que nunca terminaron, personas que se fueron sin pedir explicación, angustias que llegaron sin pedir permiso.

He llenado un currículum de todas aquellas cosas que hice mal, que dejé incompletas, que nunca alcanzaré o que simplemente son imposibles. Y me ha ocupado siete veces más que mi currículum de méritos: Estudié diseño gráfico pero antes había dejado a medias Historia del Arte y Maestro de Infantil. Completé mis estudios en inglés no sin antes dejar a medias los de francés, alemán, lengua de signos o italiano. Fui un año completo al gimnasio pero no dije que había pagado decenas de matrículas en otros gimnasios antes, sin tan si quiera ir un solo día. Aprendí a cocinar y subí una espectacular foto de una tortilla a instagram que obtuvo cientos de "me gusta" pero nunca conté que antes se me habían quemado unas cuantas... Conté mis trabajos sin parar a pensar las veces había sido rechazado. Escribí: "Estado Civil: soltero" evitando valorar cuántas veces me habían roto el corazón.

Los fracasos pasan desapercibidos para los demás pero el éxito se hace notar. A los otros les gustan nuestros éxitos y nosotros empatizamos con el éxito de los demás, sin embargo nos amedrentanos ante el fracaso y decimos "otra vez será..." 

Aquel curriculum lleno de éxitos nos hace felices, pero lo que realmente nos hace fuertes es intentarlo una y otra vez.

Ahí, en todas esas piedras se encuentra nuestra fortaleza. 





martes, 17 de mayo de 2016

Amores




Amores imposibles, esos que dejan huellas y cicatrices. Amores platónicos, que dejan sonrisas al aire y nostalgia sin arrugas. Amores de verano, que dejan recuerdos, plasmados en fotos y postales de antaño. Amores de barra, que dejan besos insípidos y cuerpos agitados. Amor maternal, ese que no se puede comparar con ningún otro, incondicional, que te deja sin aire, te llena de fuerza y te deja la más bonita de las herencias. Amores pasionales, que dejan confusión mezclada con excitación y obsesión. Amores románticos, que dejan flores, poemas, intimidad y atracción. Amores tóxicos, que te dejan desarmada, y desalmada. Amores fraternales, que dejan cuidados y lealtades. Amores no correspondidos, que dejan canciones a rebobinar sin parar, lagrimas, Kleenex, sueños rotos y perdidos. Amores interesados, que no dejan más que frustración y engaño. Amores ideales, que dejan suspiros y cuentos irreales. Amor propio, el que debería ser inmenso y dejarte de todo.

A todo lo llamamos amor... O quizás es que amor es todo...



lunes, 16 de mayo de 2016

Pídeme lo que quieras, ahora y siempre. Megan Maxwell



Después de provocar su despido de la empresa Müller, Judith está dispuesta a alejarse para siempre de Eric Zimmerman. Para ello y para empezar a reconducir su vida, decide refugiarse en casa de su padre, en Jerez. Atormentado por su marcha, Eric le sigue el rastro. El deseo continúa latente entre ellos y las fantasías sexuales están más vivas que nunca, pero esta vez será Judith quien le imponga sus condiciones, que él acepta por el amor que le profesa. Todo parece volver a la normalidad, hasta que una llamada inesperada los obliga a interrumpir su reconciliación y desplazarse hasta Munich. Lejos de su entorno, en una ciudad que le resulta hostil y con la aparición del sobrino de Eric, un contratiempo con el que no contaba, la joven deberá decidir si tiene que darle una nueva oportunidad o, por el contrario, comenzar un nuevo futuro sin él. 

Recuerda



Recuerda, que mi boca descanso en la tuya, a si que

 no lo beses como a mi.

Recuerda, que mi mano encajaba perfecta con la 

tuya, a si que no lo acaricies como a mi.

Recuerda, que mis piernas bailaron junto a las 

tuyas, a si que no repitas los mismo pasos que me 

enseñaste a mi.

Recuerda, que inhale cada suspiro de tu boca, a si 

que no le des el mismo oxígeno que me diste a mi.

Recuerda, que lo digo por tu bien, porque,si lo 

haces, estarás buscando cada parte de mi en él, y 

yo, ya no estaré.



viernes, 13 de mayo de 2016

Algunas veces. Pídeme lo que quieras

A veces, sólo algunas veces
Suena una canción, o paso por un lugar, o recuerdo una comida o un olor y no puedo evitar acordarme de ti…pero sólo a veces.
Esas veces el corazón no puede evitar sentir, echar de menos sin sentido, sin explicación…como ahora que escribo estas líneas.
Sé que no pude hacer más, ni aguantar más en una relación sin sentido. Sé que ni yo mismo entiendo cómo aguanté tanto, tanta falta de estar por tu parte y por eso todavía resulta más extraño que me acuerde de ti…a veces, algunas veces.
Sé que pudimos ser todo: los amantes perfectos, los amigos fieles, los compañeros de viaje, el hombro en el que llorar y el pecho en el que descansar en una fría noche o tras un largo día de trabajo. Los dos sabemos que al principio fue así, pero también sabemos en qué nos convertimos al final.
No puedo evitar acordarme de ti. Pensar en que puedas estar mal, o necesitar ayuda y no poder apoyarte o ayudarte me hace sentir mal. ¿Te acuerdas de cómo me gustaba estar siempre ahí, para ti, para ayudarte en todo? Es curioso que sea yo el que lo eche de menos. Eso sí sólo a veces, algunas veces.
El resto del tiempo siento que quiero volver a vivir. Que tengo ganas de volar, de volver a sentir un abrazo apasionado, una mirada brillante de cariño, volver a oír un “te quiero”, notar que alguien se muere de ganas por estar conmigo, de notar una espalda en la que apoyarme para afrontar el día a día, volverme a enamorar y que se enamoren de mi de la única forma que sé y se puede: hasta los huesos. Sé que no serás tú, que no seré yo, pero el corazón juega malas pasadas, a veces…sólo algunas veces.
Siempre te escribí lo que sentía, en los momentos buenos y en los malos. Algunas veces me pregunté por qué lo hacía. La respuesta parece encontrarse en el mismo final. Es como si siempre hubiera sabido que en algún momento la relación terminaría y que al menos, mis sentimientos quedarían plasmados en esas líneas para siempre, serían eternos, seríamos eternos.
No te reprocho nada. Sé que estuviste al principio y que luego ya no pudiste. Que buscas algo distinto a lo que al principio creías y que yo no puedo darte eso porque no es lo que busco. Mi cabeza de vez en cuando pensará qué hubiese pasado si ese mes hubiese continuado, hubiese durado para siempre, en lo que habríamos podido ser…pero sólo lo pienso a veces, algunas veces.
El habitante de tu pelo enrejado.